Las primeras reacciones en los
foros no se hicieron esperar: “¡Por fin
se pronuncia el Supremo sobre los Unit Linked!”, “¡Ya era hora de que alguien hiciera algo con los Unit Linked!”, “¡Pues anda que no tenía yo ganas de que se
anulara un Unit Linked!”. Pero la reacción más importante y lo que nadie se
atrevía a preguntar era:
¡¿Qué
es un Unit Linked?!
Los Unit Linked son unos
contratos de inversión, camuflados bajo la forma de un seguro, y en los que el
inversor asume el riesgo de las inversiones que, sin embargo, son propuestas
por la entidad comercializadora del producto, y al que se une un seguro de vida
para el caso de muerte, pero cuyo valor es insignificante en comparación con el
volumen de la inversión inicial.
En otras palabras, nos sirve
de ejemplo el caso sobre el que ha resuelto el Tribunal Supremo en la
mencionada Sentencia de 12 de enero de 2015. En este caso, la afectada invirtió 250.000 euros en
algo que ella pensaba que era un seguro de vida. La entidad comercializadora –Banco
Santander- invierte a su vez ese dinero en una serie de fondos que finalmente
se ven afectados por el caso Madoff, por lo que la demandante pierde toda su
inversión.
Conforme con la naturaleza de
este producto, es la afectada quién asume el riesgo de la inversión, pero ¿era
ella consciente de lo que estaba firmando?
El Tribunal Supremo entiende
que esta persona no tuvo suficiente conocimiento de la naturaleza jurídica ni
del funcionamiento del producto y, por lo tanto, resuelve que hubo error por
vicio en el consentimiento.
La determinación del error por vicio en el consentimiento es la clave de la resolución y el centro de la misma, pero como ese tema ya lo hemos tratado en otro post, hay que resaltar que la Sentencia tiene otros pronunciamientos más que aprovechables.
·
En primer lugar, para mi gusto destaca la
consideración de los Unit Linked como contratos de tracto sucesivo. Esto
parecía claro a priori, sobre todo teniendo en cuenta la existencia de una
prima trimestral. Pero tanto el Juzgado de Primera Instancia como la Audiencia
Provincial no lo habían considerado así.
·
Como consecuencia directa de lo anterior, ya
que hablamos de un contrato de tracto sucesivo, el plazo de cuatro años para
determinar la caducidad de la acción de nulidad empieza a contar desde el
momento de la consumación del contrato. La sentencia viene a decir que,
lógicamente, no puedes reclamar algo que no sabes que está mal, por lo que
manifiesta lo siguiente:
“El día inicial del plazo de ejercicio de la acción será, por
tanto, el de suspensión de las liquidaciones de beneficios
o de devengo de intereses, el de aplicación de medidas de gestión de
instrumentos híbridos acordadas por el FROB, o, en general, otro evento similar
que permita la comprensión real de las características y riesgos del producto
complejo adquirido por medio de un consentimiento viciado por el error.”
“Se trataba de un producto diseñado por Banco Santander,
comercializado en su red de oficinas por los empleados de Banco Santander,
promocionado mediante una presentación con el membrete de Banco Santander (más
exactamente, "Banca Privada Santander Central Hispano" y su logotipo)
y documentado en impresos con el mismo membrete de Banco Santander, en el
que la inversión iba finalmente a una empresa de su grupo, y de cuya
evolución informaba periódicamente Banco Santander a su cliente en los
estadillos relativos a la cartera de inversiones financieras de esta.”
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